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Mostrando entradas de abril, 2012

Cómo buscar trabajo y no morir en el intento (I)

La actual situación socioeconómica está provocando numerosos despidos de trabajadores motivados por la complicada viabilidad de las empresas a causa del descenso en opciones de negocio, disminución de ventas o falta de demanda de servicios, cuando no por el propio cierre de las grandes organizaciones o pymes. Para afrontar tan negro panorama es fundamental armarse de argumentos. Lo primero, interiorizar sin escepticismo que la situación no es irresoluble, o sea, que disponemos de posibilidades de emplearnos. De ahí que, como señala el proverbio oriental "si tu problema no tiene solución, para qué te preocupas y, si tiene, por qué te preocupas". Es mucho más probable tener trabajo a que te toque la Primitiva o la Lotería. Paradójicamente, nadie se desmoraliza, ni se deprime por no ser premiado. Al contrario, sigue probando fortuna (comprando décimos o rellenando boletos), mientras que, equivocadamente, suele arrojar la toalla en la búsqueda de empleo después de varios intent

Cómo buscar trabajo y no morir en el intento (II)

Dicho todo lo anterior, nos disponemos ahora a evaluar lo que se me ocurre denominar "catálogo de opciones", el cual debemos relacionar con nuestra capacitación profesional. ¿Cómo?. Partamos de la base de que una empresa no contrata a "cualquiera" que se presenta ofreciendo sus servicios habitualmente mediante el tradicional y, a mi criterio caduco (más adelante explicaré por qué), currículum vitae, sino que condiciona y delimita el perfil de su personal en virtud de sus necesidades y posibilidades. Uno debe ocuparse en conocer el tipo de organización, ya sea grande, mediana o pequeña, cuyo ámbito sectorial (comercio, construcción, agroindustrial, manufacturero, turístico, financiero, sanitario, distribución, servicios...) se ajuste más, primero a su cualificación y, segundo, a las preferencias; siempre por éste orden. La táctica de enviar e-mails a mansalva o repartir currículums a "diestro y siniestro", evidencia un deficiente nivel de auto-exigencia:

Cómo buscar trabajo y no morir en el intento (III)

Ninguna empresa bien gestionada vende por debajo de los costes que compensen su propia existencia. Ni tú, ni nadie llega diciendo "le compro tal cosa por tantos euros". Si queremos que nuestra particular oferta sea competitiva, hay que ajustar al máximo las exigencias retributivas (precio), lógicamente en función de los costes (hipoteca, recibo del coche, luz, agua, ropa, comida...) que debamos soportar. Tan malo es acceder a cobrar una "miseria" como plantear unas pretensiones "desaforadas". Ni trabajar a cualquier precio, ni no hacerlo por complacer nuestro ego o tener caprichos que como tales son prescindibles. En tal caso, lo que corresponde es desprendernos o desistir rápidamente de ellos. PROMOCIÓN: la considero parte crucial de nuestro plan de marketing, como es difundir las ventajas de nuestro producto a través de todos los cauces disponibles, convencionales y virtuales. Utilizar reuniones de la comunidad de vecinos, el graderío de un partido de f

Nunca es el momento

Allá por el verano de 2011 el entonces PSOE de Zapatero y e PP de Rajoy acordaron en apenas media hora reformar la Constitución para adecuarla a las exigencias del guión marcado por nuestros poderosos acreedores. No tuvieron pulcritud alguna en pasar olímpicamente de quienes son, somos -según el sacrosanto texto constitucional- los auténticos soberanos de cualquier decisión: el pueblo español. Tanto antes como después de esa afrenta a la democracia, ambos partidos mayoritarios, con el apoyo explícito o la calculada abstención del resto de grupos parlamentarios, exhiben una repentina y sorprendente diligencia de consenso cuando se trata de sustanciar legal o normativamente sus privilegiados emolumentos. Sí, privilegiados, pese a que sus señorías saquen a relucir que cobran menos que la media de sus homólogos europeos. De manera interesada pasan por alto que los sueldos de la inmensa mayoría de los españolitos son sensiblemente inferiores a los de los trabajadores de la U.E., ¿o es que

Legitimarse en democracia

Los abusos, la opacidad y deslices varios que afectan o protagonizan miembros de la Casa Real han venido teniendo una aureola de atenuación que, al unísono, los doctos vasallos vocingleros del Reino y de las Cortes basamentan en algo tan pamplinero como "los grandes servicios que el Rey ha rendido a España". Luego esperas la relación y no pasan del 23F y el glorioso "por qué no te callas" dirigido a Chávez en una Cúmbre Iberoamericana, regañina que, encima, tuvimos que resarcir tiempo después. Pero es que, además, el actual Jefe del Estado cobra desde su coronación por ejercer como tal, si bien es cierto que conforme a las atribuciones recogidas en la Carta Magna. Lo que faltaba ya es que desde 1978, Juan Carlos I no hubiese dado un palo al agua. O sea, en el mejor de los casos se ha limitado a cumplir con sus contadas obligaciones, bien retribuidas tanto en dinero como en especie.  Las lisonjas que el establishment patrio dedica complacientemente al Rey son tan i

Entre fulanas

La izquierda partitocrática predominante en los escenarios parlamentarios se distancia cada vez mas de la izquierda sociológica. Con una displicencia propia de los más vulgares charlatanes de feria tratan de vender su borrico procurando evitar que se vean las notables carencias, ya sea en la dentadura, pelaje o en cualquiera de las patas. Resulta que el borrico, léase la acción política de los jerifaltes y sus comparsas de distinta procedencia y condición, ofrece a diario un aspecto enfermizo, sucio y podrido. El escándalo de los ERE's en Andalucía es el ejemplo más palmario de la degradación a la que ha llegado esta corte de fariseos, por mucho puños, rosas, hoces y martillos que aun mantengan en sus sedes, estrados y banderas. A cualquier currante o pequeño empresario que comete -intencionadamente o no- algún tipo de irregularidad fiscal o administrativa, le cae todo el peso sancionador. No valen excusas, conforme. ¿Por qué entonces no le sucede igual a Griñán?. Varios de los