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Mostrando entradas de junio, 2012

Derechos adquiridos

No hace tanto tiempo, cuando la marcha de la economía nos proporcionaba un nivel de consumo y confort enórmemente fácil, no imaginábamos que las cosas podrían dar un giro a peor de tal magnitud.  Nos llegamos a creer poseedores de por vida de un status imperecedero. Se firmaban un día si y otro también hipotecas a 30, 40 y hasta 50 años; el crédito era accesible para cambiar de coche sin pestañear, renovar cocinas, baños o salones de manera ostentórea que decía aquél. Vacaciones, cruceros, fines de semana parisinos, quedaban marcados como momentos inolvidables, que no irrepetibles. La prosperidad, cimentada en un imaginario colectivo de país desarrollado por disponer de una numerosa red de autovías, conexiones ferroviarias de Alta Velocidad, aeropuertos y universidades por doquier, infinidad de urbanizaciones industriales, estadios deportivos o magnos complejos culturales. Un capitalazo de infraestructuras a la altura -se nos aseguraba y lo dábamos por cierto- de las grandes poten

Pero qué broma es ésta

Si debes al banco cien mil euros tienes un problema, pero si lo que debes son cien mil millones de euros, el problema lo tiene el banco. Eso han debido pensar aliviados muchos ciudadanos tras escuchar a todo un ministro de Economía y Competitividad, apellidado De Guindos para más señas, decir que la inyección, término que ya de por sí causa dolor, del enorme contingente millonario acordado por el Eurogrupo (sucedáneo pretendidamente no político sino técnico, ¡menuda falacia!) no repercutirá en la sociedad española, sino en el sistema financiero que, además, subraya, tendrá que devolver el préstamo a petición, esa es la clave que se quiere disimular, del Gobierno de España. Hay algo peor que la mentira y es una verdad a medias. Si los dirigentes del nauseabundo entramado legislativo, ejecutivo y judicial nos tratan como si fuéramos imbéciles es bien porque realmente lo somos o porque vivir como cretinos nos gusta y, además, sirve para no perder la concentración ante el televisor y  as